A veces me pregunto como sería yo si hubiera
nacido en otra parte del mundo, con otras costumbres, con otras culturas…
Somos lo que somos y buena parte de lo que
nos rodea. Por eso me gusta hacer este
tipo de ejercicio y pensar en mi de otro modo, intentar apartar de mi mente
todo lo aprendido y que no traía yo de
serie e imaginarme en diferentes situaciones. Me encanta hacer esto y es
difícil, porque hasta tu propia mente saca al “pepito grillo” que te recrimina y juzga…¿la voz de la conciencia?....yo
diría la voz de un hij@ puta…jeje….que no te deja vivir, no te
deja ser libre del todo. Aun así, a base de repetirlo, he ido tomando
conciencia de ello y forjándose mi propia opinión, siendo cada vez más libre e
independiente en mis pensamientos, en mis ideas y en mis formas de actuar ante
la vida. Voy siendo cada vez más YO….y ganándole terreno a lo que venía de serie o en serie.
Si naciésemos libres de verdad, si nuestra mente no fuera condicionada por el
entorno, la familia, la cultura, etc. ¿Nos gustarían las mismas cosas? ¿Volveríamos
a estar en la jungla? ¿Seríamos salvajes e imperaría la ley del más fuerte?
Yo sé que hombres y mujeres no somos iguales
físicamente ni genéticamente, pero
sí lo somos, o deberíamos serlo, en
derechos, obligaciones y libertades. Hemos
avanzado bastante, pero queda muchísimo por hacer. Espero que las madres del
mundo comprendan que somos las mujeres las que tenemos mucha culpa en este terreno, ya que somos hemos sido la base
de la educación, gracias a algunas “revolucionarías” esto ha ido cambiando y
ahora más que antes, se debería educar
de igual modo a hombres y mujeres si queremos que el mundo sea cada vez más igualitario. Somos iguales y
deberíamos caminar paralelamente no uno intentando pisar al otro, nadie es más
ni menos que nadie, todos somos diferentes, pero no por nuestro sexo, sino
porque cada individúo es único e irrepetible.
Seamos capaces de respetarnos como personas y
seamos capaces también de comprender nuestras diferencias, las que nos limitan
por nuestra naturaleza y que podemos compensar con otro ser que posea las que
nos faltan y enriquecernos con ellas. Todavía no nos hemos enterado, de que no somos la mitad de nadie, sino algo completo, pudiendo llegar
a ser una prolongación de los demás.
No me hicieron de una costilla de ningún
hombre…..¡¡menuda estupidez!!... sino de dos seres diferentes que con lo que
tenían cada uno no podían crear nada, pero que uniéndolo crearon un todo…….. me crearon a Mi.
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