Cada vez más a menudo veo la vida como
un gran parque de atracciones, en el que siempre estamos invitados a
dejarnos sorprender. En este gran parque no falta de nada: toboganes, montañas rusas, casas del terror, ríos
tranquilos y bravos, lagos románticos, e incluso personajes de todo tipo: cómicos, fantasmas, héroes,
villanos, monstruos, heroínas e
incluso princesas. Dónde comerte una
golosina de colores, un helado de
chocolate o degustar un plato típico, es una elección y está al alcance de la
mano. En definitiva, un lugar donde no faltan sensaciones y emociones
dispuestas a ser disfrutadas. Donde te puedes dejar llevar por los instintos y
seducir por las situaciones.
Esta diversión dura 365,256 363 004 días siderales (según la
Wiki, que yo no soy tan lista), y de ella participas, estás invitado a pasear por sus calles sin
prisa disfrutando al máximo o al mínimo, según prefieras, pero disfrutando al
fin y al cabo. Sin embargo, no conozco a nadie que pasee por un parque de
atracciones con tan mala cara como pasea por la vida. Al contrario, todos pasan
por allí cargados de energía, de magia, de satisfacción. El que más y el que
menos se divierte y saborea todo aquello
que elige, lo que más le entusiasmaba.
Pues así es como veo yo la vida. Todo está
ahí y no lo apreciamos, no sé si por ceguera temporal o estupidez profunda. Está
para que lo vivamos al máximo o al mínimo, pero para vivirlo, pero lejos de
disfrutarse parece que la vida la estemos sufriendo. Muestra de ello, es el
cómo, en los últimos tiempos se está
tirando más que nunca de libros de auto-ayuda, trabajo interior,
psicología/Filosofía, terapias de la personalidad, coaching…etc.
Vamos, que la teoría la dominamos, pero
con tanto “entrenamiento” nos estamos
olvidando de jugar el partido, o lo jugamos mal. No lo estamos llevando a la
práctica, viene a ser lo que reza esa
frase atribuida a Albert Einstein “La teoría es cuando uno sabe todo y nada
funciona, pero la práctica es cuando todo funciona y nadie sabe por qué”.
Sabemos lo que funciona y no lo ponemos en práctica, tal vez por querer buscar
siempre esos “porqués” en lugar de dejarnos llevar, dejarnos sorprender y ver qué ocurre. Creo que va siendo hora de
que pongamos en práctica la vida, porque además es tan sencillo como chupar un
caramelo, sacarle el gusto y quedarnos con su sabor.
Es como reírse, algo tan sencillo y que nos
estamos olvidando de hacer. Reír es uno de los grandes placeres de este mundo
(y de mis preferidos), me encanta la gente que sonríe, o mejor dicho, la gente que
ríe a carcajadas, que se deja llevar por la alegría y me lleva a mí a ella. Pero
me doy cuenta de que cada día es más difícil encontrar personas que sonrían y
menos aún que se partan de risa. Esto se debe a la mala educación, sí, esa que
metieron en nuestro disco duro y que no
hemos reseteado. Esa, que nos programó para ver la risa como una burla, como algo
con lo que debíamos sentirnos incómodos, como un insulto hacia nosotros o hacía
el prójimo e incluso como una falta de respeto. Respeto a esa misma mala educación caducada y rancia
que también nos vendió la moto con el
sexo, intentando privar al ser humano de otro gran placer e intentando
estigmatizar a todo el que disfrutara de los placeres de este mundo. No sé muy
bien porque, pero no interesa que la gente sienta placer, tal vez porque libera
nuestro espíritu haciéndonos más grandes, y no interesa que el ser humano se
haga grande, mejor pequeño y amargado, sumiso y obediente, manejable.
La Risa es una expresión de felicidad capaz
de transformar la vida de quien practica este deporte. Con cada carcajada se
ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago, algunos
de ellos tan sólo se pueden ejercitar mediante la risa. Los huesos se estiran y
se liberan diversas sustancias que contribuyen a que nuestro organismo se ponga
en forma, incluso quema calorías, así que toma nota (por lo de la operación
bikini, digo). Una de esas sustancias son las endorfinas, hormonas que están
relacionadas con el placer, el bienestar personal y la mitigación del dolor. Esto
hace que nos sintamos mejor física y emocionalmente. Y para más información, no
solo no envejece, sino que conserva la juventud, pues reafirma y da tersura al rostro gracias al ejercicio de
estos músculos faciales que de otro modo jamás se ejercitarían. Por eso la
gente que ríe luce más joven, fíjate bien y lo apreciarás.
Como dice aquella frase que tanto me gusta,
pero que no recuerdo de quién es (tampoco
soy la Wiki): “Si algo tiene solución, ¿para qué preocuparse? Y si no la
tiene, ¿para qué preocuparse?” ¡Relájate!
¡Y vive!, pero sobre todo, ¡Ríete!, o mejor dicho, ¡Pártete el culo de
risa!, porque la vida también es un chiste, y se debe tener bien desarrollado el sentido del humor.
La vida es una comedia, de eso no tengo duda, a veces tragicomedia, pero
siempre podemos reírnos de ella, quitarle hierro al asunto, sea cual sea y ríete de ti mismo, invitar a los demás a
hacerlo y soltar endorfínas mientras paseamos por este circo en que vivimos. No
te diré que sonrías, sino que te rías, con ganas y de verdad de todo lo
negativo que pase en tu vida. Y para los que piensan que con dinero es más
fácil reír, para ese grupo de personas que hacen del capital un dios y que piensan
que es más fácil reír con dinero, que piensan que los ricos son más felices, les
diré que no flipen y dejen de ser unos amargados, gracias al cielo……..¡¡REIR
SIGUE SIENDO GRATIS!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario