Somos individuos independientes y solitarios. Que
nacemos y moriremos solos, muy a nuestro pesar y por mucho que nos rodeemos de
gente, siempre terminamos encontrándonos con nuestro “fuero interno”. Es en ese
lugar, si somos lo suficientemente
valientes, donde nos decimos las más rotundas verdades y es también allí donde
somos conscientes de nuestras más grandes mentiras, aunque pensemos, que si no
salen de los labios, si no son pronunciadas, no llegarán a materializarse, porque cuando una
verdad alcanza su más amplia dimensión es cuando por fin la hemos pronunciado,
nos la hemos dicho en alta voz y hemos sido conscientes de ella, aunque ella,
estuvo ahí todo el rato, y nosotros lo sabíamos….
Todo nuestro mundo está en nuestras propias mentes
en las que navegamos como náufragos en el océano. Es en ese navegar en el que
nos vamos aventurando en diferentes tierras: Islotes solitarios, pequeños
pueblos entrañables, urbes dinámicas y paraísos prohibidos, pero siempre hacia
una nueva conquista, un nuevo reto o un nuevo desafío. Tan solo la voluntad será nuestra compañera,
la encargada de ser nuestro primero de a bordo, ejecutando con decisión
nuestras ordenes, quién ice las velas
cuando sople el viento, reme a nuestro lado a cada momento y otee en la
distancia para descubrir los conocidos
riscos u otros desconocidos que puedan hacer varar nuestra nave.
Nuestra mente
es libre. Nace libre y desde ese instante, se encargan de ponerle rejas, de
acotarla, de no dejarla crecer. Tan solo algunos privilegiados y los que
siempre fuimos rebeldes, curiosos por naturaleza e inconformistas de la vida
que nos habían intentado vender, nos revolvemos en nuestros propios pellejos
hasta que conseguimos soltar todos, y cada uno de los eslabones de esa gran
cadena que han intentado poner a nuestras mentes, a nuestras almas y a nuestros
corazones; vamos descubriendo, no sin dificultad que nadie puede ponernos límites, tan solo nosotros mismos, si somos
tan zafios de permitirlo.
Deja tu mente volar, no te reprimas, ni te llenes de
tabúes; lo que piensas ya otros y otras lo pensaron antes; porque todos somos
de la misma especie y estamos hechos de lo mismo básicamente. Eres tú, en tu
navegar, en tu búsqueda, quién creas tu propia personalidad; quien la
enriqueces con todo lo que te aporta la vida, simplemente debes tomar el camino
de la verdad, esa, que hace sonreír a tu corazón; que es su estado natural, el
de la sonrisa. Tú te haces a ti mismo, eres quien quieres ser.
Sal, navega por el mundo, por la ciudad, por el
barrio, por el pueblo, por tu casa, por tu gente, por los seres humanos y
enriquece tu alma de ellos; empapate de su vida, de su alegría, de su
experiencia. Deja que tu mente se abra; no juzgues y no serás juzgado; por qué
todos tenemos un motivo para sufrir en ocasiones. Intenta ir más allá, no te
quedes en la puerta de la vida y de la gente. Y procura ponerte siempre en el
lugar del otro. Allí puede que te toque estar a ti mañana. Abre tu corazón,
abre tu mente y sé libre; es hora de LIBERTAD...
LAURYN HIILL-WAR IN THE MIND